martes, 4 de febrero de 2014

Limpieza virtual

Hace poco, y medio de casualidad, me crucé con esta página, Life Less Bullshit. Fue amor a primera leída. Sentí que Nicole me hablaba a mí, en muchos sentidos. Y ese, claro, es su objetivo, porque lo que busca es llegar a la mayor cantidad de personas posible y ayudarlas a mejorar su vida, sea lo que sea que eso signifique para cada uno.

Lo primero que leí de su página fue este e-book, The 4-Step Life Purge, que tuvo un impacto inmediato en mi vida. Me di cuenta de lo llena que estaba de 'mental clutter', de cosas que me hacían ruido en la cabeza o me la llenaban sin sumar ni dejarme nada. Eran cosas que tenía tan incorporadas que ni me daba cuenta del tiempo que me consumían, pero estaban ahí y molestaban.

Estoy hablando específicamente de 3 aplicaciones que tenía bajadas en el celular y que chequeaba constantemente: Twitter, Facebook y Pinterest. Entonces, sin pensarlo demasiado, al otro día de leer el e-book, las borré. Y sinceramente, no las extraño.

Twitter está buenísimo, te entretiene, te solés encontrar genialidades muy bien redactadas, y hasta, como en mi caso, te abre un poco el tupper para que te enteres qué está pasando a tu alrededor. Pero esas perlitas están escondidas entre miles de tweets cotidianos, que no suman nada, que detallan la vida de los otros y que leés mientras deberías estar viviendo la vida propia. No juzgo a los twitteros, obvio, supongo que cada uno sabrá manejar el tiempo que le dedica, pero en mi caso sentí que estaba siendo demasiado. Entonces, mejor cortar de raíz.

En el caso de Pinterest, lo que me pasaba era que también invertía demasiado tiempo mirando las cosas divinas y las ideas geniales de los demás, y pinneaba y pinneaba... pero nunca hacía! Prefiero seguir manejándome con esa página, que amo, como hacía hasta antes de instalar la aplicación en el teléfono: cuando encuentro algo que me interesa en los blogs que leo, lo pinneo, pero no me pierdo horas buceando en Pinterest porque sería historia de nunca acabar. Y, lamentablemente, el mayor flagelo de esta vida 2.0 es que pinnear cosas no equivale mágicamente a tenerlas o hacerlas, así que mejor pinnear menos y hacer más.

Por último, el caso de Facebook es un poco más complejo. Porque así como Twitter está plagado de anónimos, en Facebook están mis familiares, amigos y conocidos. Entonces borrarlo, o no entrar nunca más, es un poco más antipático, y algo que de hecho no quiero hacer. Pero me esforcé por sincerarme conmigo misma, entré a las noticias, y empecé a liberarme de enterarme los pormenores de la gente que no es de mi círculo íntimo. No los eliminé, no los bloqueé, simplemente elegí no ser bombardeada de información en una especie de programa de chimentos personalizado. El día que quiera saber qué es de la vida de mi compañera de la primaria o de mi primo tercero que conocí una vez cuando era chica, simplemente iré a su muro y saciaré mi curiosidad. Pero tengo el presentimiento de que ese día nunca llegará... Hoy por hoy, mi página de noticias me muestra solamente lo que publica mi familia, mi grupo de amigas cercanas, ciertas bloggeras que han pasado a ser amigas y algunas otras personas específicas que disfruto leer o ver, aunque sea en Facebook.

Como resultado de esta limpieza general, mi celular volvió a tener funciones de intercambio: teléfono y WhatsApp, y poco más que eso. Ya no lo siento una extensión de mi mano, y me alegra mucho.

¿Alguien más siente que una limpieza de teléfono o de Facebook le devolvería tiempo que se está diluyendo en nada?

3 comentarios:

  1. Pues... Tengo épocas, y también limpié el muro de gente que no aportaba nada, sino que desestabiliza con sus problemas. Pero no lo he sacado del celular!!

    Con Pinterest me pasa lo mismo que te pasaba a ti, eternas horas viendo cosas bonitas, que nunca haces...voy a replantearlo.

    Y bueno, afortunadamente no he caído en Twitter.

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  2. Totalmente! yo hice lo mismo hace un tiempo, con Facebook, tenia una amiga que publicaba cada 3 segundos y medio y me caian notificaciones de "fulanita publico" y de repente me di cuenta que la mayor parte no me interesaba. Lo mismo con mis propias publicaciones. Lo reduje al mínimo.

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  3. La verdad que pasa el tiempo y no me arrepiento. La pasada por facebook me dura cada vez menos porque veo solo las cosas de gente que realmente me importa! Y a Twitter no lo extrañé jamás. Era medio como el cigarrillo; lo hacía porque todos lo hacían, pero no me gustaba tanto, jaja!

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